
Cuidar bajo el sol: aprender a leer las señales
El sol no es enemigo ni aliado automático. Es energía intensa. Aprender a leer cómo reaccionan las plantas al calor cambia por completo la forma de cuidarlas, y también nuestra manera de intervenir.
Plantas y Accesorios: Envíos GRATIS a todo el país en compras superiores a $3000
El compostaje es una de las prácticas más efectivas y ecológicas que podemos realizar en casa para reducir los residuos y enriquecer el suelo de nuestras plantas y huertas. Sin embargo, muchas personas piensan que es complicado o que requiere mucho espacio, cuando en realidad, es un proceso fácil que cualquiera puede hacer.
En este artículo, te explicamos cómo empezar a compostar en casa, qué materiales puedes usar, qué no debes poner en tu compostera y cómo cuidar de tus residuos orgánicos de manera efectiva.
El compostaje es el proceso natural de descomposición de materia orgánica, como restos de comida, hojas y otros residuos vegetales, que se transforman en un abono rico en nutrientes para el suelo. Es una forma de reciclar los residuos orgánicos de manera que contribuyamos al cuidado del medio ambiente, reduzcamos los desechos y mejoramos la calidad de la tierra en nuestros jardines y huertas.
Para comenzar, es importante encontrar el lugar adecuado donde colocarás tu compostera. Si no tienes mucho espacio, ¡no te preocupes! Puedes compostar en una maceta grande, en un recipiente o en una compostera de plástico o cerámica. Asegúrate de que el lugar tenga buena ventilación y esté en una zona que reciba algo de luz (pero no sol directo durante todo el día). Esto ayudará al proceso de descomposición y reducirá los malos olores.
El compostaje se basa en la correcta combinación de materiales secos (ricos en carbono) y materiales húmedos (ricos en nitrógeno). Aquí te dejamos algunos ejemplos de lo que podés poner:
Restos de frutas y verduras (cáscaras, trozos, etc.)
Restos de café
Cáscaras de huevo (trituradas)
Restos de hierba o césped.
Yerba mate
Plantas y flores (si no están enfermas)
Pelos de mascotas (si no están tratados con productos químicos)
Hojas secas y paja
Cartón o papel reciclado (cortado en trozos pequeños)
Los cartones de los maples de huevo
Ramitas o ramas finas
Aserrín (de madera no tratada)
Para evitar problemas, es fundamental saber qué NO poner en tu compostera. Algunos materiales pueden dañar el proceso de descomposición o atraer plagas. Aquí te dejamos una lista de lo que no deberías poner:
Carne, pescado o productos lácteos y comida que ya esté cocida (atraen plagas y generan mal olor)
Restos de plantas enfermas (pueden propagar enfermedades)
Aceites o grasas (pueden ralentizar la descomposición)
Restos de comida con salsa o aderezos (esto también atrae animales)
Plásticos, vidrios o metales (no son biodegradables)
Huesos o cáscaras duras de frutos (dificultan la descomposición)
El compost necesita oxígeno para que las bacterias aeróbicas hagan su trabajo y transformen los residuos en abono. Es importante agitar o remover el compost de vez en cuando para asegurar que el aire llegue a todas las partes de la mezcla. Esto también ayuda a evitar malos olores y acelera el proceso de descomposición.
Consejo: Remové el compost cada 2-3 semanas para mantener un flujo de oxígeno constante. Usá una pala o tenedor de jardín para darle vuelta al contenido. No es necesario que llegues hasta el fondo, o que saques la mezcla del recipiente, puedes meter un palito lo más abajo que puedas y de esa manera mueves un poco.
El compost debe mantenerse ligeramente húmedo, similar a una esponja que ha sido exprimida. Si está demasiado seco, el proceso de descomposición será más lento. Si está demasiado húmedo, puede volverse pegajoso y maloliente.
Consejo: Si tu compost está muy seco, agrega algo de agua. Si está demasiado mojado, añade más material seco como hojas secas, paja o cartón para equilibrar la humedad.
El compostaje puede tardar entre 3 a 6 meses, dependiendo de factores como la temperatura, la humedad y el tamaño de los materiales. El compost estará listo cuando tenga un color marrón oscuro, un olor a tierra fresca y una textura suelta. Cuando esté listo, puedes utilizarlo en tus plantas y huertas para mejorar la calidad del suelo, aportar nutrientes y aumentar la retención de agua.
Además de ser una excelente manera de reducir los residuos orgánicos, el compostaje tiene múltiples beneficios:
Reciclar residuos: Contribuís a reducir la cantidad de basura que va a los vertederos.
Mejorar el suelo: El compost es un fertilizante natural que mejora la estructura del suelo, promueve la retención de agua y fomenta el crecimiento saludable de las plantas.
Reducir el impacto ambiental: Al compostar, ayudás a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la descomposición de residuos en los vertederos.
Compostar en casa es una excelente forma de contribuir al medio ambiente y cuidar tus plantas de manera sostenible. No importa el tamaño de tu espacio, ¡todos podemos empezar a compostar! Con estos simples pasos, podés comenzar tu propio compostaje y disfrutar de los beneficios de tener un suelo más saludable y un jardín más verde. 🌱💚
¿Ya empezaste a compostar en casa? ¡Contanos en los comentarios cómo lo hacés y qué consejos tenés para quienes recién comienzan! 🌿💬

El sol no es enemigo ni aliado automático. Es energía intensa. Aprender a leer cómo reaccionan las plantas al calor cambia por completo la forma de cuidarlas, y también nuestra manera de intervenir.

El calor no es un enemigo. Es un cambio de ritmo. Acompañarlo con conciencia puede marcar la diferencia en tus plantas… y en vos.
¿Podemos ayudarte?