El pH indica qué tan ácido o alcalino es un suelo, en una escala de 0 a 14.
Un pH 7 es neutro.
Menos de 7 indica acidez.
Más de 7 indica alcalinidad.
Este valor afecta la forma en que las plantas absorben los nutrientes. Aunque el suelo tenga minerales, si el pH no está equilibrado, las raíces no logran aprovecharlos y la planta empieza a mostrar señales de carencias: hojas amarillas, crecimiento lento o falta de floración.
La mayoría de las plantas se desarrollan bien en un rango de pH entre 6 y 7,5, aunque algunas, como las azaleas, hortensias o arándanos, prefieren suelos un poco más ácidos.
Medir el pH no requiere equipos costosos. Podés hacerlo fácilmente de tres formas:
Se consiguen en viveros o tiendas de jardinería. Solo tenés que tomar una muestra de tierra húmeda, colocarla en el recipiente y comparar el color o leer el valor en pantalla.
Tomá dos muestras de suelo.
En una, agregá vinagre: si burbujea, el suelo es alcalino.
En la otra, agregá bicarbonato y agua: si burbujea, es ácido.
Si ninguna reacciona, probablemente sea neutro.
Este método no es exacto, pero da una buena orientación.
Las hojas amarillas, las flores pálidas o la falta de vigor suelen indicar desequilibrios del pH. Si el suelo está muy ácido o muy alcalino, las plantas simplemente no logran “comer” bien.
En lugar de recurrir a productos químicos, podés restaurar el equilibrio del suelo con materia orgánica y vida microbiana.
El bokashi es un abono fermentado que libera nutrientes de forma gradual y ayuda a estabilizar el pH.
Al fermentar, genera ácidos naturales que corrigen suelos alcalinos y estimulan microorganismos beneficiosos.
Podés aplicarlo en tu huerta o macetas cada 15 días, tanto en forma sólida (enterrado) como líquida (diluida).
Beneficios:
Corrige pH sin alterar bruscamente el suelo.
Mejora la absorción de nutrientes.
Activa la vida microbiana natural.
El biocarbón funciona como una esponja vegetal: absorbe nutrientes, retiene humedad y regula el pH.
Es ideal para mezclar con compost, tierra o bokashi antes de plantar.
Cómo usarlo:
Mezclá entre un 10% y 20% de biocarbón en tu sustrato.
Si el suelo es ácido, el biocarbón lo equilibra suavemente.
Si es alcalino, mejora la capacidad de retención y reduce la pérdida de nutrientes.
Beneficios:
Mejora la aireación del suelo.
Reduce la erosión y la deshidratación.
Neutraliza desequilibrios leves de acidez o alcalinidad.
Los Microorganismos Eficientes Naturales (MEN) actúan como una comunidad viva que coloniza el suelo, descompone materia orgánica y regula la microbiología del ecosistema.
Al hacerlo, estabilizan el pH y mejoran la disponibilidad de minerales.
Cómo aplicarlos:
Diluilos en agua según indicaciones y aplicá por riego o pulverización.
Repetí cada 15 a 20 días.
Beneficios:
Estimulan raíces sanas y activas.
Previenen hongos y enfermedades.
Mejoran la estructura del suelo a largo plazo.
No abuses de fertilizantes químicos: alteran el pH y matan la vida microbiana.
Incorporá materia orgánica (bokashi o compost) al menos una vez al mes.
Usá biocarbón o MEN después de lluvias intensas o trasplantas para estabilizar el sustrato.
Mantené la tierra siempre húmeda, pero no saturada de agua.
Observá a tus plantas: su color y vigor son el mejor indicador de equilibrio.
Conocer el pH del suelo es una forma de escuchar lo que la tierra necesita. Mantenerlo equilibrado permite que las plantas crezcan fuertes, sanas y llenas de vida.
En Peppo podés encontrar todo lo necesario para lograrlo de manera natural:
Bokashi Urganic,
biocarbón activado,
y los Microorganismos Eficientes Naturales (MEN) para cuidar la salud del suelo y potenciar tus cultivos.
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