En Peppo creemos que cada planta tiene un idioma propio.
No gritan, pero sí nos muestran cuándo algo no anda bien: un tallo estirado de más, un color que se apaga, una hoja que se enrosca en silencio. La buena noticia es que, con un poco de observación, podemos aprender a escuchar lo que nos dicen y ajustar su lugar en casa para que florezcan.
Cuando falta luz: señales claras
Tallos largos y delgados (etiolación).
Hojas nuevas más pequeñas o pocas hojas.
Crecimiento lento o nulo, como “congelado en el tiempo”.
Colores que se pierden: hojas variegadas que vuelven verdes, plantas rojizas que pierden su tono.
Caída de hojas viejas o falta de floración.
👉 Ejemplo Peppo: tu pothus en la biblioteca que crece hacia la lámpara, ¡no es magia! Solo está pidiendo un rincón más cerca de la ventana.
Cuando hay demasiada luz: también se nota
Hojas con manchas marrones o bordes secos.
Colores pálidos o desvaídos.
Hojas que se enrollan o se caen marchitas, como si se hubieran deshidratado.
Algunas plantas pueden adquirir tonos rojizos de estrés.
👉 Ejemplo Peppo: tu calathea en el ventanal del mediodía que parecía feliz… pero terminó con hojas crujientes.
Cómo acompañarlas en la transición
No muevas de golpe una planta de la oscuridad al sol pleno: se estresa.
Mejor acercarla de a poco a su nueva ubicación, cada 2-3 días, hasta llegar al lugar ideal.
Usá cortinas translúcidas, toldos o incluso otras plantas más grandes como “sombrillas naturales”.
Tips rápidos Peppo para medir la luz en casa (simples y accesibles)
Test del libro: si podés leer un libro con la luz natural de la ventana, es suficiente para la mayoría de plantas. Lo mismo en el resto de las habitaciones. ¿podrías leer un libro sin prender la luz eléctrica en el baño?
Test de la mano: sombra definida = luz alta; sombra difusa = luz media; casi sin sombra = luz baja.
Distancia máxima: colocá tus plantas a menos de 2 metros de la ventana siempre que sea posible.
Cada rincón tiene su propia luz y cada planta tiene su propia voz. El truco está en hacer el match correcto. Escuchá lo que tu planta te dice y vas a descubrir que, más que decoraciones, son maestras de paciencia y observación.
Si todavía no sabés qué planta elegir para tu espacio, pasá por Peppo. Te ayudamos a encontrar la compañera verde que mejor hable el idioma de tu hogar.
El sol no es enemigo ni aliado automático. Es energía intensa. Aprender a leer cómo reaccionan las plantas al calor cambia por completo la forma de cuidarlas, y también nuestra manera de intervenir.
El calor no es un enemigo. Es un cambio de ritmo. Acompañarlo con conciencia puede marcar la diferencia en tus plantas… y en vos.