
Cuidar bajo el sol: aprender a leer las señales
El sol no es enemigo ni aliado automático. Es energía intensa. Aprender a leer cómo reaccionan las plantas al calor cambia por completo la forma de cuidarlas, y también nuestra manera de intervenir.
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La poda es una herramienta esencial en la jardinería, pero realizarla en el momento y de la manera incorrecta puede causar más daño que beneficio. En Peppo, sabemos que el amor por las plantas es tan grande que a veces nos emocionamos y queremos intervenir en todo momento. Sin embargo, es fundamental entender cuándo y cómo podar para asegurar la salud y el bienestar de nuestras amigas verdes.
Durante las heladas, las plantas están en su período de reposo invernal, y sus tejidos se vuelven más susceptibles al daño. Podar en este momento puede:
Exponer tejidos sensibles: Al cortar ramas o hojas durante las heladas, se exponen tejidos internos que aún no están preparados para cicatrizar, lo que puede llevar a infecciones o deshidratación.
Estimular un crecimiento prematuro: La poda puede inducir a la planta a producir nuevos brotes que, al no estar adaptados al frío, pueden dañarse fácilmente con las heladas posteriores.
Por lo tanto, es recomendable esperar a que las heladas hayan pasado y las temperaturas sean más estables antes de realizar cualquier poda significativa.
El momento ideal para podar varía según el tipo de planta:
Árboles frutales: La mejor época es a finales del invierno o principios de la primavera, antes de que inicie la brotación. Esto permite que las heridas cicatricen rápidamente y se estimule un crecimiento saludable.
Arbustos y plantas ornamentales: Generalmente, se recomienda podar después de la floración o cuando la planta comienza su ciclo de crecimiento activo.
Es esencial conocer las necesidades específicas de cada especie para determinar el momento adecuado para la poda.
Utilizar las herramientas correctas es crucial para realizar una poda efectiva y segura:
Tijeras de podar: Asegúrate de que estén bien afiladas y desinfectadas para evitar la transmisión de enfermedades.
Serruchos de poda: Útiles para ramas más gruesas; deben ser de buena calidad para facilitar cortes limpios.
Guantes de jardinería: Protegen tus manos de posibles lesiones y ofrecen un mejor agarre.
Recuerda siempre limpiar y desinfectar tus herramientas antes y después de cada uso para prevenir la propagación de patógenos.
Si ya realizaste una poda durante las heladas y observas que tus plantas muestran signos de estrés, como hojas marchitas o brotes débiles, es importante:
Protegerlas del frío: Usa cobertores o mantas especiales para plantas durante las noches frías.
Mantener una hidratación adecuada: Riega las plantas con moderación, evitando el encharcamiento.
Evitar fertilizar inmediatamente: Dale tiempo a la planta para recuperarse antes de aplicar fertilizantes.
En Peppo, sabemos que a veces el entusiasmo nos lleva a querer intervenir en todo momento. Pero recordá: ¡no todas las plantas necesitan un estilista personal! A veces, lo mejor es dejarlas ser y esperar el momento adecuado para darles ese toque especial.
¿Vos de qué equipo sos? manitos de tijeras ansiosas o sabés observar la naturaleza para no atacar sin piedad?
Nos encantaría que nos dejes tus comentarios.
¡Nos leemos pronto!

El sol no es enemigo ni aliado automático. Es energía intensa. Aprender a leer cómo reaccionan las plantas al calor cambia por completo la forma de cuidarlas, y también nuestra manera de intervenir.

El calor no es un enemigo. Es un cambio de ritmo. Acompañarlo con conciencia puede marcar la diferencia en tus plantas… y en vos.
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