Las hormigas negras cortadoras son conocidas por su capacidad de dañar jardines y huertas. Si alguna vez has visto cómo las hojas de tus plantas desaparecen y se transportan por las hormigas, probablemente te estés preguntando cómo controlarlas.
¡A nosotros nos ha pasado en varias oportunidades! Nos hicieron desaparecer un árbol de paraído enterito en una noche. Luego se llevaron un limonero.
Estas hormigas son responsables de cortar hojas y transportarlas a sus nidos para alimentarse de los hongos que cultivan en ellas. Este comportamiento puede causar daños significativos a las plantas y a los cultivos.
En este artículo, exploramos cómo manejar esta plaga, qué métodos de control existen y cómo proteger tus plantas de manera efectiva.
Las hormigas cortadoras (género Atta y Acromyrmex) son insectos sociales que forman grandes colonias. Estas hormigas se caracterizan por cortar hojas de plantas, las cuales luego transportan a su nido. Allí, las hojas son descompuestas por hongos, que se convierten en su fuente principal de alimento. Las colonias están compuestas por diferentes castas de obreras (jardineras, cortadoras, cargadoras y soldados), cada una con funciones específicas en la colonia. Las hormigas cortadoras prefieren las plantas tiernas y de hojas grandes, lo que las convierte en una plaga particularmente problemática para jardines y huertas.
Las hormigas cortadoras tienen un ciclo de vida organizado que comienza con la reina, que es la responsable de poner los huevos. Las primeras obreras nacen y se dedican a cortar las hojas para alimentar a los hongos que cultivarán en su nido. A medida que la colonia crece, las obreras comienzan a cortar más vegetación, dañando rápidamente las plantas en el proceso.
Una vez que la colonia alcanza su madurez, los individuos sexuados (machos y hembras) nacen y realizan el vuelo nupcial para reproducirse, dando inicio a nuevas colonias. Este ciclo se repite cada año.
Las hormigas cortadoras prefieren las plantas jóvenes y tiernas. Se enfocan principalmente en cortar hojas y llevarlas a su colonia, donde las procesan para alimentar el hongo que cultivan. Este comportamiento puede destruir rápidamente una planta, especialmente si la colonia es grande.
Según estudios realizados en Brasil, las colonias de hormigas cortadoras pueden consumir entre 30 y 630 kilos de material seco al año, dependiendo del tamaño de la colonia. Aunque estos números pueden variar, el daño que causan es considerable y puede afectar a cultivos enteros si no se controlan adecuadamente.
Lo primero que debes hacer es localizar el nido de las hormigas cortadoras. Las hormigas generalmente siguen una ruta de corte de hojas, por lo que puedes observar su comportamiento para encontrar el acceso a su colonia. Una vez que localices el nido, intenta bloquear el acceso con tierra o piedras para limitar su entrada al jardín.
Existen varias soluciones naturales que pueden ayudar a controlar las hormigas cortadoras sin dañar el medio ambiente:
Ceniza de madera: Espolvorea ceniza de madera alrededor de las plantas afectadas o sobre los senderos de las hormigas. La ceniza actúa como una barrera física que las hormigas no quieren atravesar.
Aceite esencial de menta: Las hormigas cortadoras odian el aceite esencial de menta. Puedes mezclarlo con agua y rociarlo sobre el área afectada para disuadirlas de entrar en tu jardín.
Tierra de diatomeas: Este polvo, completamente natural y seguro para las plantas, se puede esparcir sobre el nido o alrededor de las plantas afectadas. La tierra de diatomeas daña las exoesqueletos de las hormigas y las mata por deshidratación.
Una de las estrategias más efectivas es el uso de cebos tóxicos. Estos cebos son atractivos para las hormigas cortadoras, que los llevan de regreso a su colonia. El veneno se distribuye en todo el hormiguero, matando a la reina y las larvas, lo cual es necesario para eliminar la colonia.
Según un estudio realizado por el INIA “La Estanzuela” en Uruguay, se demostró que los cebos tóxicos son una opción eficaz para el control de las hormigas cortadoras, ya que el veneno es transportado a toda la colonia, eliminando la reina y los individuos sexuados. Esto previene la formación de nuevas colonias. Es importante que el cebo sea atractivo para las hormigas y tenga el tamaño adecuado para ser transportado a la colonia.
Composición de los cebos:
Vehículo (maíz partido, afrechillo o pulpa de citrus)
Atrayente (aceite de girasol o jugo de naranja)
Insecticida (Fipronil u otros insecticidas de acción estomacal)
Los cebos deben ser aplicados en dosis adecuadas, utilizando fertilizadoras de péndulo para esparcirlos de manera eficiente sobre los hormigueros.
En algunas áreas, se pueden utilizar depredadores naturales de las hormigas cortadoras. Aves como los mirlos o ciertos insectos depredadores pueden ayudar a reducir la población de hormigas en tu jardín. Además, los nematodos son pequeños gusanos que pueden aplicarse al suelo y atacar a las larvas de las hormigas sin dañar las plantas.
Una vez que hayas controlado la plaga, es importante tomar medidas para evitar que las hormigas cortadoras regresen:
Mantén el jardín saludable: Las plantas fuertes y bien cuidadas son menos atractivas para las hormigas cortadoras. Mantén el suelo equilibrado con nutrientes y riego adecuado.
Diversifica las plantas en el jardín: Si bien las hormigas cortadoras prefieren ciertas plantas, diversificar tu jardín con diferentes especies puede hacer que se sientan menos atraídas.
Inspecciona regularmente el jardín: Detecta a tiempo cualquier signo de infestación antes de que el daño sea mayor.
Las hormigas cortadoras son una plaga desafiante, pero con la estrategia adecuada, podés proteger tu jardín y huerta. Desde soluciones caseras hasta cebos tóxicos y control biológico, existen múltiples formas de manejar esta plaga de manera efectiva. Con paciencia y las herramientas correctas, tus plantas estarán a salvo y tu jardín podrá seguir prosperando. 🌿🐜
¿Has tenido problemas con las hormigas cortadoras en tu jardín? Contanos cómo las has controlado o comparte tus estrategias de manejo de plagas.
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